Fragmented COVID-19 microbes in coral and white
Illustration: PGN

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Lo que necesitas saber 

  • Más personas han muerto por COVID-19 en 2023 hasta el momento que por gripe y neumonía.
  • El número de exceso de muertes desde febrero del 2020 sugiere que podríamos estar subestimando las muertes por COVID-19. 
  • Los adultos mayores y las personas inmunodeprimidas, la mayoría de quienes han muerto por COVID-19, pueden obtener una segunda dosis de refuerzo esta primavera. 

La peor parte de la pandemia parece haber pasado, pero aún es demasiado pronto para olvidarse por completo del virus. Aún estamos perdiendo a más de 1,300 estadounidenses por semana por COVID-19, una tasa de mortalidad mucho más alta que la de otros virus respiratorios. Mientras el COVID-19 sigue circulando y mutando por todo el mundo, tiene potencial de crear más brotes y oleadas de casos. Aquí ponemos nuestra actual tasa de mortalidad por COVID-19 en contexto y te contamos cómo los más vulnerables entre nosotros pueden mantenerse protegidos. 

¿El COVID-19 ya es como la gripe? 

No. El estado de la pandemia es muy diferente al de hace un año, pero el virus del COVID-19 sigue matando a más personas que la gripe. En lo que va del 2023, más de 30,000 personas han muerto por COVID-19. El virus fue una causa directa de dos tercios de estas muertes, y una causa contribuyente del tercio restante. 

El número de muertes por COVID-19 desde enero es solo una fracción de lo que vimos en el mismo periodo el año pasado, cuando las cepas de ómicron se propagaron mucho más rápidamente. Pero en comparación con el número de muertes por gripe y neumonía en lo que va del año, el número de muertes por COVID-19 sigue siendo significativamente mayor. Además, en el 2023 han muerto más personas por COVID-19 que por diabetes o Alzheimer, si se incluyen las muertes en las que el virus fue una causa contribuyente. Por tanto, aunque se sienta que el COVID-19 ya no es una amenaza de salud pública, la realidad es que aún se siguen perdiendo muchas vidas. 

¿Se están contabilizando en exceso las muertes por COVID-19?

Ha habido mucha confusión y desinformación en torno al modo en que los CDC contabilizan las muertes por COVID-19, pero la agencia confirmó a principios de este año que no está contabilizando en exceso. Los CDC tienen múltiples formas de recopilar datos sobre muertes por COVID-19, pero su recuento provisional de muertes por COVID-19 se basa únicamente en los datos de los certificados de defunción. A través de este método, solo se incluyen los casos en los que el virus directamente causó o contribuyó a la muerte de alguien. 

Es importante mencionar que la forma como los CDC cuentan las muertes por COVID-19 es diferente a como la agencia realiza el seguimiento de las hospitalizaciones por COVID-19. En el caso de las hospitalizaciones, la agencia incluye a todas las personas que dan positivo en las pruebas de COVID-19, independientemente del motivo de su ingreso hospitalario.

¿Qué es el exceso de mortalidad y qué significa?

Otra forma de hacerse una idea del impacto de la pandemia en la población de EE.UU. es observar el exceso de mortalidad. El exceso de mortalidad nos indica cuántas muertes más se registraron en un determinado periodo de tiempo en comparación con el número esperado de muertes durante ese mismo periodo de tiempo. Analizando esta medida, algunos expertos consideran que en realidad hemos subestimado las muertes por COVID-19. Desde febrero del 2020 se han producido más de 1.3 millones de muertes en exceso, en comparación con las 1.1 millones de muertes por COVID-19 registradas por los CDC.

¿Cómo podemos proteger a las personas más vulnerables entre nosotros? 

Los adultos mayores y las personas inmunodeprimidas son la mayoría de quienes han muerto por COVID-19. Más del 88 por ciento de las muertes por COVID-19 este año se han producido entre personas de 65 años o más. Casi todos aquellos que murieron a causa del COVID-19 padecían también otra afección médica, como otra enfermedad respiratoria, hipertensión arterial o Alzheimer. 

Para proteger a los más vulnerables entre nosotros, la FDA y los CDC autorizaron que algunas personas reciban una segunda dosis de refuerzo bivalente esta primavera. Las personas mayores de 65 años pueden recibir una dosis adicional al menos cuatro meses después de su primera dosis de refuerzo bivalente, mientras que las personas inmunodeprimidas pueden recibir la suya al menos dos meses después. Debido a que la protección que las personas con sistemas inmunitarios vulnerables obtienen de las vacunas tiende a desaparecer más rápido, esta decisión le da la oportunidad a personas de alto riesgo de refrescar su inmunidad y mantenerse protegidos contra la enfermedad grave.