Lo que necesitas saber
- Los CDC ya no recomiendan pruebas rutinarias, cuarentena ni distanciamiento social en las escuelas.
- Las nuevas recomendaciones se enfocan en mejorar la ventilación e implementar medidas de seguridad en situaciones de alto riesgo.
- La responsabilidad para reducir el riesgo ahora recae en los estudiantes y sus familias.
La pandemia no se ha acabado, pero ya superamos los días de cierre de colegios y educación virtual. Para adaptarse a la cambiante situación, los CDC actualizaron sus recomendaciones por COVID-19 para escuelas la semana pasada, relajando medidas sobre pruebas rutinarias, cuarentena y distanciamiento social. Con el reinicio de clases y los niños volviendo a las escuelas, los padres probablemente se estarán preguntando si las nuevas recomendaciones mantendrán seguros a los estudiantes.
¿Qué cambios han introducido los CDC a sus directrices de COVID-19 para las escuelas?
Los CDC ya no recomiendan que las escuelas realicen pruebas de rutina. Sin embargo, si la transmisión en la comunidad es alta en esa zona, la agencia recomienda que las escuelas implementen pruebas para las actividades de alto riesgo, como los deportes de contacto cercano y el primer día de regreso de las vacaciones.
Los CDC también cancelaron su recomendación de cuarentena para personas expuestas al COVID-19. La nueva recomendación sugiere que las personas expuestas usen una mascarilla durante 10 días y se hagan una prueba en el quinto día después de la exposición. Sin embargo, si un estudiante está enfermo o experimentando síntomas de COVID-19, debe quedarse en casa.
La recomendación de dividir a los estudiantes en grupos más pequeños para reducir el riesgo de transmisión viral ya tampoco hace parte de las recomendaciones de los CDC. En vez de enfocarse en medidas de distanciamiento social, los CDC están pidiendo a las escuelas que mejoren la ventilación para limitar la transmisión en lugares cerrados.
¿Cuáles recomendaciones están enfatizando ahora los CDC?
Las nuevas recomendaciones se centran en mejorar la ventilación y la aplicación de medidas de seguridad para situaciones de alto riesgo. Los CDC siguen recomendando el uso de mascarillas en lugares cerrados en zonas de alta transmisión comunitaria, lo que actualmente aplica para el 40 por ciento de los condados de Estados Unidos. Aunque ya no se recomiendan las pruebas de rutina, los CDC siguen aconsejando a las personas que se hagan la prueba cuando estén expuestas, enfermas o en situaciones de alto riesgo. Estar al día con las vacunas, permanecer en casa al estar enfermo y prestar atención a la higiene personal, siguen siendo aspectos claves de las recomendaciones de los CDC sobre el COVID-19.
¿Por qué los CDC han hecho estos cambios?
Las nuevas recomendaciones de los CDC pretenden minimizar las interrupciones en la educación de los niños este año escolar. En lugar de recomendar protocolos para toda la escuela, la agencia traslada en gran medida la responsabilidad de la reducción del riesgo a los estudiantes y sus familias, dejando que sean los individuos los que tomen sus propias decisiones para protegerse.
En este punto de la pandemia, el objetivo de los CDC es reducir el riesgo de enfermedad grave. La mayoría de los estadounidenses tienen ahora algún tipo de protección contra el COVID-19, ya sea por una infección previa o por la vacunación. Tenemos herramientas como las vacunas, dosis de refuerzo y tratamientos para prevenir la hospitalización y la muerte. Además, los niños tienen menor riesgo de desarrollar síntomas graves por infección de COVID-19. Todos estos factores contribuyeron a la decisión de la agencia de enfocarse en una estrategia más precisa y menos disruptiva.
¿Está mi hijo aún protegido en la escuela?
Las recomendaciones de los CDC no hacen que las escuelas sean menos seguras necesariamente, pero trasladan la responsabilidad de la reducción del riesgo a los estudiantes y sus familias. Esto significa que los padres pueden tener que tomar más iniciativa para determinar cuándo pedirles a sus hijos que adopten medidas de seguridad adicionales en la escuela.
Vacunar a los niños es el primer paso. Los niños siguen teniendo un riesgo muy bajo de padecer una enfermedad grave a causa del COVID-19, pero sigue siendo una posibilidad. Infectarse también conlleva la posibilidad de contagiar el virus a los miembros más vulnerables de la familia y a desarrollar síntomas de COVID-19 persistente.
Los padres también pueden ayudar a limitar la transmisión realizando pruebas a sus hijos si muestran síntomas, si han estado expuestos o si asistieron a un evento de alto riesgo. La FDA recomienda realizar tres pruebas en casa si se ha expuesto para aumentar la probabilidad de que las pruebas detecten cualquier caso positivo. Por último, los estudiantes pueden protegerse a sí mismos y a los demás utilizando mascarillas de alta calidad bien ajustadas en situaciones de alto riesgo.