Young child getting vaccinated in mother's arms by Mary's Center representative.
De izquierda a derecha: alcaldesa de D.C. Muriel Bowser, Angela Richardson e hijo, Emily White y Dra. LaQuandra Nesbitt durante un evento de vacunación. Cortesía de Mary’s Center.

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En medio de otra ola de verano de COVID-19, las organizaciones comunitarias de todo el país están planificando de nuevo amplias campañas de vacunación para el otoño. Esta vez, sin embargo, los planes se definirán en base a la estrategia de tres vacunas de los CDC. 

Public Good News habló con Elysia Jordan, vicepresidenta de enfermería de Mary’s Center, quien compartió más información sobre el compromiso de la organización con sus comunidades diversas y lo que han aprendido a lo largo de los años en la primera línea de la atención de la salud. 

Public Good News: Mientras los científicos trabajan para desarrollar vacunas nuevas y actualizadas contra el COVID-19, la gripe y el VRS, ¿cómo se prepara el Mary’s Center para el otoño? 

Elysia Jordan: Hemos recibido la vacuna contra el COVID-19 del gobierno durante toda la pandemia hasta ahora, y en otoño prevemos que comenzará a comercializarse, así que estamos esperando a que llegue ese momento.  

Tenemos un programa de vacunas para niños, en el que administramos vacunas de las jurisdicciones locales a través de los CDC. Pero para los adultos o las personas que no tienen seguro médico, o los niños que tienen seguro privado, prevemos que tendrán que comprarlas. 

Solo intentamos ver cómo está el panorama.  

Potencialmente hay una nueva vacuna con la que tenemos que familiarizarnos, ya sabes, la dosificación, el almacenamiento, todas esas cosas que vienen con la nueva vacuna contra el COVID-19, con la que tenemos mucha experiencia, porque hemos hecho esto durante casi tres años.  

Nuestra estrategia para el futuro se basa en que hay diferentes tipos de vacunas que todos necesitamos para mantenernos sanos y para mantener sano a nuestro público, y las vacunas contra el COVID-19 son un tipo y solo intentamos hacer que estas formen parte de los cuidados rutinarios de una persona sana en la sociedad.  

PGN: ¿Podría explicarnos en qué se diferencian las comunidades a las que sirven? 

E.J.: El centro fue fundado hace 35 años para atender a mujeres y niños que huían de conflictos en Centroamérica y buscaban atención. Hemos evolucionado mucho desde entonces. Somos un centro de salud con calificación federal, lo que significa que atendemos a cualquier persona independientemente de su capacidad de pago. La mayor parte de la población a la que atendemos, más del 70 por ciento, habla un idioma distinto al inglés como lengua primaria, el español es la inmensa mayoría. Atendemos a personas de 50 países: tenemos una sólida reputación de servir a la comunidad latinx, pero también a la comunidad de inmigrantes y refugiados del área metropolitana de Washington D.C.  

PGN: Teniendo en cuenta la diversidad de sus comunidades, ¿cómo se normaliza la idea de que la salud es importante y requiere controles frecuentes? 

EJ: Para las comunidades a las que atendemos, la atención rutinaria no siempre está normalizada, porque no es accesible si no se tiene seguro.  

Estamos donde viven los integrantes de nuestra comunidad y les ofrecemos servicios en su idioma, o les damos acceso a intérpretes de ser necesario. Les ofrecemos apoyo, los ponemos en contacto con los especialistas de los servicios de derivación o los ayudamos a inscribirse en Medicaid de emergencia o en un seguro para que no tengan que ir a urgencias si tienen un problema… así que creo que lo importante es ofrecer un lugar donde puedan asistir. 

Las investigaciones siempre dicen que el principal factor de predicción para que alguien se vacune es una recomendación firme de su proveedor. Y nos apoyamos en eso.  

Por eso [el gobierno federal] nos dio la vacuna antes de tiempo, porque éramos el proveedor para muchas personas de la comunidad. Creo que ahora estamos mejor equipados, porque llevamos unos cuantos años dedicados a esto.  

Creo que lo mejor del Mary’s Center es que gran parte de nuestro personal procede de las comunidades a las que brindamos nuestros servicios. Al vacunarnos podemos decir: “Oye, nosotros también nos vacunamos”. Y, “¿Saben? Escuchamos sus inquietudes, y por eso decidimos vacunarnos…” Creo que fue muy poderoso al principio.  

PGN: ¿Cómo mejora el índice de vacunación el hecho de que su personal se identifique con la comunidad? 

EJ: Cuando el 70 por ciento de tu población habla español, quieres que gran parte de tu personal también lo haga. Así que creo que hay cierta intencionalidad.  

En parte se debe a que nuestro personal se formó con nosotros. Tengo personal que estuvo en nuestro programa para adolescentes y que ahora trabaja en nuestra clínica. Tengo personal que pasó por nuestro programa de formación de asistentes médicos y ahora son asistentes médicos en Mary’s Center.  

Creemos firmemente en el desarrollo de nuestro personal. Deliberadamente buscamos personas que tengan las aptitudes y que crean en la misión del Mary’s Center, pero también que sean usuarios de los servicios. 

Como organización de atención de la salud, se nos permitió vacunar a parte de nuestro personal en las primeras fases. Y teníamos personal que dudaba. Eso nos dio nuestra primera oportunidad de tratar de superar las dudas sobre las vacunas en nuestra comunidad y nos proporcionó muchas estrategias diferentes.  

PGN: ¿Qué recomendaciones o lecciones aprendidas transmitiría a los trabajadores en salud comunitaria que participen en la campaña de vacunación este otoño?  

EJ: Empiecen a hablar del tema ahora. Ya empezamos a hablar de la  gripe, a pesar de que todavía no tenemos la vacuna contra la gripe para la próxima temporada. Comiencen a analizar los números en su comunidad y observen cuántas vacunas han recibido sus integrantes, dónde deben insistir y dónde deben concentrar sus esfuerzos.