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Illustration: PGN

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Lo que necesitas saber 

  • El COVID-19 es una de las principales causas de mortalidad infantil, pero solo alrededor del 12 por ciento de niños entre los 6 meses y los 4 años de edad ha recibido una dosis de la vacuna. 
  • Las dosis de refuerzo bivalentes de Pfizer y de Moderna ahora estaautorizadas por la FDA para niños desde los 6 meses. 
  • Está claro que los riesgos de una infección por COVID-19 superan los riesgos de experimentar una reacción adversa a la vacunación contra el COVID-19. 

La semana pasada, la FDA autorizó la dosis de refuerzo de Pfizer contra ómicron para niños a partir de los 6 meses de edad. Es cierto que los bebés y los niños pequeños son menos propensos a enfermarse gravemente por COVID-19 en comparación con los adultos, pero el virus es en realidad una de las principales causas de muerte en los niños. Aquí te contamos por qué es importante mantener a tu hijo al día con las vacunas contra el COVID-19, incluso cuando la transmisión no esté alta. 

¿Por qué es importante para mi hijo estar al día con las vacunas contra el COVID-19?

El COVID-19 es una de las principales causas de mortalidad infantil. En comparación con otras enfermedades infecciosas, el COVID-19 es la primera causa de muerte entre los niños, por delante de la gripe y la neumonía. El COVID-19 también es mucho más mortal que muchas otras enfermedades prevenibles mediante la vacunación, como la rubéola, las paperas, la varicela, el tétanos y el sarampión. Sin embargo, solo alrededor del 12 por ciento de los niños entre los 6 meses y los 4 años de edad han recibido al menos una dosis de la serie primaria de las vacunas. 

Las vacunas contra el COVID-19 ayudan a prevenir la infección, la hospitalización, la enfermedad grave y la muerte por el virus en todos los grupos de edad, incluidos los bebés y los niños pequeños. Las dosis de refuerzo bivalentes atacan las nuevas variantes de ómicron, ayudándonos a mantenernos protegidos a medida que la inmunidad disminuye. 

Mi hijo obtuvo la primera serie de vacunas de Pfizer. ¿Debe recibir una dosis de refuerzo bivalente?

La FDA autorizó recientemente la dosis de refuerzo bivalente de Pfizer también para niños menores de 5 años, pero no estará disponible hasta que los CDC emitan su recomendación, que debería llegar pronto. Si los CDC la aprueban, los niños de 6 meses a 4 años que completaron su serie primaria de tres dosis de Pfizer hace dos meses podrán recibir una dosis de refuerzo bivalente de Pfizer. La única excepción es si tu hijo ya recibió la vacuna bivalente de Pfizer en la tercera dosis de su serie primaria. Si ese es su caso, tu hijo aún debería seguir protegido contra los casos graves de COVID-19 y aún no es elegible para recibir otra dosis de refuerzo bivalente. 

Si tu hijo tiene 5 años de edad o es mayor, puede obtener una dosis de refuerzo bivalente luego de completar su serie primaria o después de recibir la última dosis de refuerzo original contra el COVID-19. 

Mi hijo obtuvo la primera serie de vacunas de Moderna. ¿Debe recibir una dosis de refuerzo bivalente?

Sí. Si tu hijo tiene entre 6 meses y 5 años y completó la serie primaria de dos dosis de Moderna por lo menos hace dos meses, puede recibir una dosis de refuerzo bivalente de Moderna. Si tu hijo es mayor de 5 años, puede obtener una dosis de refuerzo bivalente dos meses después de completar su serie primaria o después de recibir su última dosis de refuerzo original contra el COVID-19.

¿Existe algún riesgo para mi hijo al vacunarlo? 

Entre los efectos secundarios más frecuentes en bebés y niños pequeños tras la vacunación contra el COVID-19 se incluyen dolor en el lugar de la inyección, inflamación de los ganglios linfáticos, irritabilidad o llanto, somnolencia y pérdida de apetito. Estos efectos secundarios suelen desaparecer en pocos días. Los problemas de salud graves derivados de la vacunación contra el COVID-19, como miocarditis, convulsiones y reacciones alérgicas graves, son poco frecuentes.

Es importante tener en cuenta que nuestras vacunas contra el COVID-19 se sometieron a ensayos clínicos en los que participaron miles de niños y adolescentes antes de ser autorizadas y aprobadas. Estas siguen siendo objeto de un estrecho seguimiento por parte de los organismos sanitarios para detectar alertas de seguridad. Es comprensible que los padres se preocupen por cualquier riesgo para la salud de sus hijos, sin importar cuán leve o poco frecuente sea. Pero está claro que los peligros de una infección por COVID-19 superan el riesgo de sufrir una reacción adversa a la vacuna contra el COVID-19.